Primer día de invierno en las postrimerías del siglo XXI:
A través de mi ventana, contemplo la misma Alhambra y las mismas nieves de Sierra Nevada. Desde los minaretes de la ciudad, las voces de los muecines entonan a dúo, con el mismo soniquete de siempre, los números y premios de la lotería de navidad que escucho con melancolía.
Y un año más, añoro mi lejana infancia, las vacaciones, los nervios previos al sorteo y a mis compañeros del San Ildefonso.
IsidroMoreno