MI ACTRIZ
Otra vez las lágrimas me inundaban los ojos bajo un regusto emocional que, agradecido y aliado con la penumbra de aquella sala mágica, me embriagaba enteramente.
Era la décimo sexta vez que veía esa película. Estaba enamorado de su bellísima protagonista, pero no podía soportar su trágica muerte en tan estúpida circunstancia que presentaba el guión, por lo que una vez más y, aun siendo consciente de mi ridícula idea, esperaba y deseaba que ese desenlace trágico, cambiase por otro final dichoso en que, Ella pudiera vivir feliz y disfrutar del amor en ciernes con el apuesto galán, por cierto, vivo retrato mío, aunque mi espejo celoso, jamás lo quiera reconocer.
Solo el celuloide nos muestra sueños que se hacen realidad, realidades que se sueñan, amantes imposibles para posibles amores… en fin, la magia del Cine.
THE END
IsidroMoreno