ESA NO ES MI CAMA

Un día, desde lo alto, me vi tendido en la cama con mi madre sentada al lado. Me inquietaba observarme a distancia y no reflejar mi imagen en el espejo. Al anochecer ya sólo podía ver una cama desnuda, sin mi cuerpo. Mi madre tampoco estaba allí, aunque pululaba errática por la casa, como yo, pero ella pisaba el suelo. Yo levitaba y fue divertido en los primeros años hasta hoy, que he intentado volver a descansar en la cama, pero ¡esa no es mi cama, madre!

Ya tampoco está mi madre. Empiezo a cansarme y a dudar de mi existencia.

IsidroMoreno

(Para la página «El bic naranja. Viernes creativos». Sept.20)

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